LENGUAJE ORAL

Cuando los niños presencian y participan en diversos eventos comunicativos, en los que hablan de sus experiencias, de sus ideas y de lo que conocen, y escuchan lo que otros dicen, aprenden a interactuar y se dan cuenta de que el lenguaje permite satisfacer necesidades tanto personales como sociales.



jueves, 28 de abril de 2011

PENSAMIENTO Y LENGUAJE

Habla y pensamiento.

Vigotsky se apoyan en dos postulados básicos. El primero, basándose en la obra de Marx y Engels, explicita que la interacción entre dos procesos naturales produce una función psicológica superior. El segundo, retomando las ideas de Pierre Janet, afirma que el contenido de la conciencia humana consiste en relaciones interpersonales interiorizadas.
Marx y Engels consideran que la práctica es una de las fuentes del conocimiento humano. En el proceso de transformación de la naturaleza, las personas empleamos herramientas dirigidas hacia los objetos, con el fin de modificarlos.
De esta forma, Vigotsky enfatiza la similitud funcional entre las herramientas materiales y las herramientas psicológicas. Ambas tienen un papel mediador, pero las segundas se distinguen de las primeras en que están dirigidas hacia el interior y no modifican el objeto de la operación psicológica. En esta similitud entre herramienta y signo se encuentra el segundo postulado básico de Vigotsky. En primer lugar, cabe señalar que ambas construcciones (herramienta y signo) son artificiales y, por tanto, su carácter es social, implicando que el dominio progresivo de la conducta individual reside en la incorporación a la cultura, en el sentido del aprendizaje del uso de los sistemas de símbolos y signos, culturalmente establecido a lo largo de cientos de miles de años de evolución socio histórica de la especie humana, entre los cuales el más importante es el lenguaje. En segundo lugar, Vigotsky encuentra en sus investigaciones que los adultos emplean continuamente herramientas psicológicas, pero emancipada de sus formas externas. Es decir, el signo externo que un escolar requiere para solucionar una tarea determinada se transforma en signo interno en el adulto en relación a la misma tarea.
El lenguaje y los intercambios.
Vigotsky, utiliza el significado de la palabra como unidad del pensamiento verbal. Esta elección se apoya en su concepción sobre el lenguaje. Al igual que Sapir, Vigotsky considera que el lenguaje humano se ha construido para regular y controlar los intercambios comunicativos, pero, a diferencia de otros sistemas comunicativos, el material que emplea para cumplir sus objetivos es simbólico, implicando, por tanto, un nivel de generalización o de reflejo de la realidad. Así, función comunicativa y función representativa del lenguaje se entrelazan, de forma que el habla, para poder cumplir su función original (la comunicación), debe obligatoriamente comportar un nivel de generalización de la realidad y, consecuentemente, representarla. Si no fuera así, la comunicación mediante el lenguaje sería imposible al no compartir los miembros de una determinada comunidad lingüística los mismos referentes en su habla. Por eso, el significado de la palabra conserva las características del pensamiento verbal, al ser tanto un fenómeno del lenguaje como del pensamiento. "Una palabra sin significado es un sonido vacío; el significado es, por tanto, un criterio de la palabra y su componente indispensable... Pero, desde el punto de vista de la psicología, el significado de cada palabra es una generalización o un concepto... Sin embargo, esto no implica que el significado permanezca formalmente a dos esferas diferentes de la vida psíquica. El significado de la palabra es un fenómeno del pensamiento mientras éste esté encarnado en el lenguaje, y del habla sólo en tanto esté relacionado con el pensamiento o iluminado por él. Es un fenómeno del pensamiento verbal, o del lenguaje significativo, una unión de palabra y pensamiento"
Habla interna y habla externa.
A estas ideas se añade una nueva: la formación genética del pensamiento verbal, Vigotsky considera que pensamiento y lenguaje presentan raíces ontogenéticamente distintas. Ambos se originan en la transacción, pero el primero es un producto de la interacción material, de la interacción con los objetos, mientras que el lenguaje es un producto de la interacción social, de la interacción con el otro. El pensamiento verbal parece, justamente, como la intersección entre ambas líneas de desarrollo. El significado de la palabra evoluciona en manos del niño a medida que va dominando el lenguaje y, en consecuencia, se modifica su modo de generalizar la realidad, así como la relación entre pensamiento y habla.
Vigotsky cree que el pensamiento no se expresa simplemente en palabras, sino que existe a través de ellas. Este planteamiento implica el estudio de los diferentes planos que van desde el lenguaje externo hasta el motivo que sugiere un pensamiento. De lo externo a lo interno, Vigotsky distingue en primer lugar un plano semántico, correspondiente al aspecto interno del habla. Inicialmente, los niños y las niñas hacen corresponder el aspecto interno del habla con su aspecto externo, pero poco a poco, gracias a compartir la misma referencia objetiva en contextos de integración con los adultos, los diferencia, permitiendo al pensamiento verbal elevarse de las generalizaciones primitivas a los conceptos más abstractos. El siguiente plano es el lenguaje interiorizado o habla interna. Vigotsky considera a éste como una formación específica que se rige por unas leyes propias.
Vigotsky hipotetiza que el lenguaje privado o egocéntrico precede en el tiempo al lenguaje interior, siendo su naturaleza y estructura semejantes. Dado que el lenguaje egocéntrico tiene una forma externa, su estudio aporta a Vigotsky los datos necesarios para conocer el lenguaje interior. En primer lugar, Vigotsky postula que el lenguaje egocéntrico y el lenguaje interior cumple la misma función. En sus palabras, "el lenguaje egocéntrico sirve de ayuda a la orientación mental y a la comprensión consciente; ayuda a superar dificultades; es el lenguaje para uno mismo, relacionado íntima y últimamente con el pensamiento del niño... El lenguaje egocéntrico se desarrolla a lo largo de una curva que se eleva, y no a lo largo de una que declina; está sujeto a una evolución, no a una involución"
Para Vigotsky, el lenguaje egocéntrico es una forma de transición entre el lenguaje social y el lenguaje para uno mismo, de forma que el niño lo emplea con una función autorreguladora en contextos potencialmente comunicativos. Sus características son éstas: naturaleza predicativa, condensación de elementos, y predominio del significado. Estos tres apartados sintetizan la naturaleza del habla interior. Vigotsky considera que la función del habla interna es la inversa del habla externa. Mientras que esta última es habla para los demás, el habla interior es habla para uno mismo, funcionando ambas según las reglas del diálogo, pero, a diferencia del habla externa, el habla interna no debe explicitar el tema ya que está compartida en la acción y en la conciencia del propio sujeto. Por tanto, el habla interior está constituido por comentarios (o predicados) sobre algo que ya se conoce, que ya está dado. A su vez, está cargada de significados, los cuales están dominados por el contexto de actuación del sujeto, y se eliminan gran parte de elementos, de forma que podemos obtener una "comunicación prácticamente silenciosa de los pensamientos más complicados"
Palabra y pensamiento.
El último plano de pensamiento verbal es el propio pensamiento. Su fluir no es idéntico, ni se corresponde con un despliegue simultáneo del lenguaje, al no estar formado como éste por unidades. Empleando el símil de Vigostsky, podemos decir que el pensamiento se puede comparar a una nube que arroja una lluvia de palabras. Por último, Vigotsky señala que detrás de cada pensamiento existe una tendencia afectivo-volitiva (una motivación) que es la que lo origina.
Tal y como hemos visto, las relaciones entre pensamiento y lenguaje, según Vigotsky, son profundamente complejas. "Un pensamiento nace a través de las palabras. Una palabra sin pensamiento es una cosa muerta, y un pensamiento desprovisto de palabras permanece en la sombra. La conexión entre ellos sin embargo no es constante. Surge en el curso del desarrollo y evoluciona por sí misma"
Entre pensamiento y habla existen distintas mediaciones, siendo decisiva el habla interna que tiene su origen en la diferenciación entre el lenguaje para uno mismo y el lenguaje para los otros, de forma que participa tanto de la fase en que un pensamiento se encarna en un significado como de aquella en que es transmitido a nuevos significados que pueden combinarse sintácticamente. Entendemos que el pensamiento de Vigotsky se podría resumir de la siguiente forma: "El pensamiento surge a través de algún conflicto del sujeto originado en su actividad precedente, de forma que su resolución comporta revelar de la situación aquello que es nuevo.

TEORÍA DE STERN SOBRE EL DESARROLLO DEL LENGUAJE

Stern distingue tres raíces del lenguaje: la tendencia expresiva, la social y la "intencional". Mientras las dos primeras sustentan también los fundamentos del habla observados en los animales, la tercera es específicamente humana. Define la intencionalidad en el sentido de una dirección indesviable hacia un cierto contenido o significado. "En una determinada etapa de su desarrollo psíquico.", dice, "el hombre adquiere la habilidad de dar a entender algo, de referirse a algo objetivo cuando articula sonidos." En esencia, tales actos intencionales son también actos de pensamiento, su aparición denota intelectualización y objetivación del lenguaje.
Stern enfatiza la importancia del factor lógico en el desarrollo del lenguaje. No tenemos objeciones que hacer a la afirmación de que el lenguaje humano avanzado posee significado objetivo, y por lo tanto presupone un cierto nivel de desarrollo del pensamiento, y estamos de acuerdo en que es necesario tener en cuenta la estrecha relación que existe entre el lenguaje y el pensamiento lógico; pero el problema es que Stern considera la intencionalidad una característica del lenguaje, que reclama una explicación genética (cómo ingresa en el proceso evolutivo), como una de las raíces del desarrollo del lenguaje, una fuerza directriz, una tendencia innata, casi una urgencia, sea como fuere, algo primordial, en un pie de igualdad, genéticamente, con las tendencias expresivas y comunicativas -que también tienen su fundamento en los comienzos del habla.
Stern observa a qué exageraciones conduce la sobre enfatización de los aspectos lógicos. A esa edad el niño se da cuenta primero de que cada objeto tiene su símbolo permanente, un patrón de sonido que lo identifica, es decir, que cada cosa tiene un nombre. Cree que un niño en su segundo año puede haber tomado conocimiento de los símbolos y de la necesidad de ellos, y considera este descubrimiento también como un proceso de pensamiento en su exacto sentido: "La comprensión de la relación entre signo y significado que comienza a mostrarse al niño en este punto es algo diferente, en principio, del simple uso de sonidos-imágenes, objetos-imágenes y sus asociaciones. Y el requerimiento de que cada objeto, de cualquier tipo que sea, tenga su nombre puede ser considerado una verdadera generalización hecha por el niño -posiblemente la primera."
Stern cree que el niño descubre el significado del lenguaje de una vez y para siempre. En realidad, éste es un proceso en extremo complejo que tiene "su historia natural" (sus comienzos y formas transicionales en los más primitivos niveles de desarrollo) y también su "historia cultural" (nuevamente con sus propias series de fases, su propio crecimiento cuantitativo, cualitativo y funciones, sus propias leyes y dinámica).
Stern ignora virtualmente los intrincados caminos que conducen a la maduración de la función significativa; su concepción del desarrollo lingüístico está inmensamente simplificada. El niño descubre súbitamente que el lenguaje tiene significado
En cuanto a los hechos que toma en cuenta, lo teoría de Stern:
1) Que el descubrimiento por parte del niño de la unión entre palabra y objeto no conduce inmediatamente a un conocimiento claro de la relación simbólica del signo y su referente característica del pensamiento bien desarrollado, que la palabra durante un largo tiempo aparece ante el niño como un atributo o una propiedad del objeto más que como un simple signo, que el niño aprehende antes la estructura externa del objeto-palabra que la relación interna signo-referente.
2) Que el descubrimiento hecho por el niño no es realmente súbito y no puede ser definido el instante exacto en que ocurre. Una serie de largos y complicados cambios "moleculares" conducen hacia el momento crítico en el desarrollo del lenguaje.
El punto decisivo en el desarrollo lingüístico, cultural e intelectual, descubierto por Stern, existe realmente, aunque su error consiste en haberlo interpretado en forma intelectualista. Él pone de relieve dos síntomas objetivos de la existencia de este cambio crítico; la aparición de preguntas sobre nombres de objetos y los sostenidos aumentos resultantes en el vocabulario del niño, ambos de fundamental importancia para el desarrollo del habla.
En contraste con las otras dos raíces del lenguaje, la expresiva y la comunicativa, cuyo desarrollo ha sido trazado desde los animales sociales que se encuentran en lo más bajo de la escala hasta los antropoides y el hombre, la "tendencia intencional" no aparece fuera de aquí en ninguna otra parte, no tiene historia ni derivación. De acuerdo a Stern es básica, primordial, surge espontánea y "definitivamente". Ésta es la propensión que facilita al niño el descubrimiento de la función del lenguaje por medio de una operación puramente lógica.
Stern reconoce el mérito de Meumann al oponerse a la teoría intelectualista que establece que las primeras palabras del niño designan realmente los objetos como tales. Sin embargo, no comparte el supuesto del mismo autor que afirma que las palabras son simplemente expresiones de emociones y deseos. A través del análisis de situaciones en las cuales aparecen, él demuestra de modo bastante concluyente que estas palabras contienen también una cierta dirección hacia un objeto, y que esta "referencia objetiva" o función de señalamiento, con frecuencia, "predomina sobre el tono moderadamente emocional".
Stern interpreta así las primeras palabras: "El infantil mamá trasladado al lenguaje más avanzado no significa sólo la palabra "madre", sino una oración semejante a "mamá, ven aquí", o "mamá, ponme en la silla", o "ayúdame, mamá". Aquí, la dirección "afectiva-conativa" hacia un objeto (para usar los términos de Meumann) es aún inseparable de la "tendencia intencional" del habla: las dos son todavía un todo homogéneo, y la correcta interpretación de mamá o de cualquiera de las primeras palabras, es considerarlas como gestos indicadores. La palabra es primero un sustituto convencional del gesto y aparece mucho antes del crucial "descubrimiento del lenguaje" realizado por el niño, y antes de que sea capaz de realizar operaciones lógicas. El mismo Stern admite la función mediatizadora de los gestos, especialmente la de señalamiento, al establecer el significado de las primeras palabras. La conclusión ineludible sería que ese señalamiento es, de hecho, un precursor de la "tendencia intencional". No obstante esto, Stern se niega a trazar la historia genética de esa tendencia. Para él, no evoluciona a partir de la dirección afectiva hacia el objeto del acto señalizador (gesto o primeras palabras) aparece fuera de aquí y explica el surgimiento del significado.
Stern trata de no descuidar la parte que juega la imitación en el desarrollo del lenguaje, o el papel de la actividad espontánea del niño, aplicando a estos puntos su concepto de "convergencia": la conquista del lenguaje por el niño ocurre a través de una interacción constante de las disposiciones internas que impulsan al niño a hablar, y las condiciones externas, por ejemplo, el lenguaje de la gente que se encuentra a su alrededor, las que proveen tanto estimulación como material para la realización de estas disposiciones.
Stern, afirma que el medio ambiente social constituye un factor fundamental en el desarrollo del lenguaje, pero en realidad limita su papel a influir en la aceleración o retardo del desarrollo, que obedece a sus propias leyes inmanentes.
Aplicado a un mecanismo eminentemente social de la conducta verbal, el personalismo de Stern, ignorando como lo hace el aspecto social de la personalidad, conduce a absurdos evidentes. Su concepción metafísica de la personalidad, que deriva todos los procesos de una teleología personal, trastoca las verdaderas relaciones genéticas entre la personalidad y el lenguaje: en lugar de un desarrollo histórico de la personalidad misma, en el cual el lenguaje juega un papel que está lejos de ser secundario, nos encontramos con una teoría metafísica en la cual la personalidad genera el lenguaje, apartándose de la dirección hacia la finalidad de su propia naturaleza esencial.